EL AMIGO AUSENTE

Cuando era chico y me la pasaba leyendo libros de animales, habían muchos que llamaban mi atención y ciertas especies se convertían en especie de amigos a los que leía, buscaba y encontraba en diferentes libros. Un día fuí a la casa de tío Carlín, que me enteré había comprado la colección completa de Bruguera Enciclopedia de la Vida Animal (15 Volúmenes,Bruguera,1974)y me dijo que si bien no me prestaba ningún tomo, podía en cambio leer allí cuanto quisiera. Y me pegaba unas encerradas de dias en el cuarto leyendo y leyendo hasta que me dí con un viejo amigo, de esos que digo que buscaba siempre (para esto, mi mejor amigo y hasta ahora es, y siempre será, el jaguar(Panthera Onca), que quede bien claro). Bueno y encontré a mi querido tigre de Tasmania ó lobo marsupial ó tilacino (Thylacinus cynocephalus). Todo bien hasta ahí, una bella ilustración a toda página y en color y unas fotos en blanco y negro que me eran familiares. Lo raro fue que pensé que ó debía habérmela pasado leyendo libros de animales viejos ó reeditados ó en realidad no habría prestado mucha atención a mis lecturas porque como quien lee con sorpresa un obtuario en el periódico, el libro lo mencionaba como una especie extinguida. Leí y releí y sí, no se había visto un solo ejemplar vivo desde que el que vivía en el zoológico de Hobart en Tasmania en 1936 murió. Sólo recientemente di con la información de que el lobo marsupial tuvo el estatus de especie amenazada hasta el año 1986. Ya que los protocolos internacionales exigen que cualquier animal del cual no se hayan encontrado ejemplares en cincuenta años sea considerado extinto. Y las lecturas én casa de tío Carlín fueron a mediados o finales de los años setenta. Y mis lecturas previas en mi favorita Vida Animal (Abril Editores,1972) o en la edición de 1965 de la Enciclopedia Temática de la oficina de mi papá no registraban la terrible extinción. Recuerdo que me quedé triste y frío. Que por largos instantes no dejé de contemplar la figura de el "perro rayado", de ese amigo al que daba literalmente por vivito y coleando. Sentí casi en carne propia como el ser humano puede ser tan egoista y estúpido, como no merecemos el mundo en que vivimos y que poco lo queremos en realidad.