EN LA SOLEDAD DE MI HABITACION

En la soledad de mi habitación (que es mi biblioteca)imagino que mi lapicero es una entintada pluma.
que mis trecientos volúmenes son una vasta biblioteca,
que hurgo viejos pergaminos,
que exhumo perdidos arcanos,
que conozco mundos labrados en letras,
que me extravío en lujuriosas selvas de tinta,
que despierto en cada frase que leo, aventuras que otros sin saberlo han escrito para mí. Observado por ese igneo tigre de Sumatra que es mi gato, he vivido algunos de los momentos más hermosos de mi vida.
Juego a lector y leo. Juego a escritor y escribo. Rodeado de cosas que no han muerto por el simple hecho de no haber vivido, por estos silenciosos compañeros que son los libros es que me olvido del mundo que me rodéa y doy rienda suelta a mi imaginación.
Así, me es tan fácil ser feliz que, a ratos y con miedo, con mucho miedo, tengo la sensación de que estos momentos puedan algún día acabar. Y, que con el tiempo sólo queden de ellos su recuerdo y que no pueda volver a leer ni la prosita esta que ahora estoy escribiendo.
(Lima, 9-2-86)


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