No recuerdo cuando me dijeron que pronto me iba a morir. Pero era un hecho. Lo notaba en la triste ternura con que mis padres me trataban y todo consentían. Cancer, cancer, cangrejito. Y yo, poco más que un muchacho. Me sentía apenado pero sereno. Todo lo que hubiera querido hacer pero ya no habría tiempo. Me quedaba muy poco por vivir. Tres, cuatro semanas? Y sin embargo, ni yo ni la enfermedad, hacíamos mucho, como si quisieramos dejar todo para el último momento. Recuerdo cuando vi que traían una camilla de lona roja para cuando ya me empezara a debilitar. Sin embargo yo seguía tan vital como siempre y me preguntaba cuántos días pasarían hasta que las fuerzas me empezaran a abandonar. No mucho, claro. Pero ahí estaba yo palpando mi cuerpo que parecía ignorar su inexorable destino.
Recuerdo que me presentaron a una chica que era escritora y cuando me acerqué a verle la cara esta tenía una nariz muy corta y pensé que seguro se había hecho una cirugía plástica. Fué muy amable conmigo y me ofreció los cuatro o cinco libros que élla decía eran sus hasta el momento obras completas. Me contó que eran muy caros y que le había costado un dineral haberlos sacado a la luz. El precio, que no recuerdo, era exhorbitante. Sentados en el muro de mi casa en esa tarde de sol los revisé frente a élla y pensé que esos pequeños volúmenes tan ilustrados sobre brillante papel podrían ser gratis si fuesen catalogos de alguna tienda, porque eso era lo que me parecían.
Fue allí cuando vi que llevaban el ataud. Lo cargaba mi padre y el tipo que seguro se lo había vendido. Por un momento me pregunté para qué lo querrían y sospeché, recordé, me di cuenta, que era para mi. Ya que yo era el que se iba a morir. Me pareció raro que lo comprarán antes que me haya muerto pero imaginé que lo habrían conseguido a buen precio. Se que lo trataron de meter a la casa con insuficiente discreción porque los vi.
Te los presto para que los leas, me dijo la prolífica autora que no debía tener, como yo, sinó casi treinta años. Se lo agradecí pero agregué sinceramente que no tendría tiempo de leerlos porque tenía muchos libros en mi biblioteca que no había mas que hojeado y que, con los poco dias de vida que me quedaban, quería darme el gusto de disfrutarlos o saber en que acababan. Me dí cuenta por su mirada que me entendía y se los devolví sintiendo más pena por ella que por mi. Y la verdad es que si bien me sentía triste por mi fugaz destino no estaba deprimido. Mi vida habría sido breve pero había disfrutado de lo que la gente afortunada de mi edad solía haber vivido. Nunca me casé pero había conocido el amor más de una vez. La verdad es que me sentía orgulloso de mi calma, de como tomaba las cosas, de no sentir miedo a la tan temida muerte.
Sabía que no pediría un cura a última hora o al menos eso era lo que pensaba en esos dias. Más que nada sentía pena por los que se entristecían por mi y por no poder consolarlos. Familiares y amigos que ya casi había olvidado venían a visitarme y me decían lo bien que se me veía como si yo pensara diferente. No sentía ningún malestar y sólo contaba los días. Me pondría flaco y pálido? Cuándo empezaría el dolor físico? Daría paso finalmente la resignación a la desesperación? Para qué pensar en eso, pensé, todo a su momento.
Siempre hice todo a última hora. Despreocupado me di cuenta que esta vez no sería diferente. Total, nadie me podía decir nada. Casi irresponsablemente, y créo que sin que nadie me viera, sonreí.
Miguel Gonzalo Jaramillo
(Estocolmo, 2011)
10 comments:
Me ha gustado!
Buen corto!.
-Parece la narracion de un sueño. Esos sueños en que el tiempo y los objetos estan ordenados como al tirar un dado.
-Marito se puede comer otra cucharada?
Que bueno, Gigi. Al menos lo tomaste como un cuento y no como más de un querido amigo que creyó que me estaba muriendo de verdad!
Si, Vizcarra, mi atento amigo, está basado en uno. Claro que es una versión corregida y aumentada ;)
Wow! It's a good, good text, my friend! :-)I've seen something of García Márquez in those words (the coffin bought in advance, jajaja). Well, you must be calm, you know?, when you dream about your own death that means you will live for loooooong time :-)
(I'm very busy, -drawing, painting, writing, scrapbooking, crocheting, canguring :-P...- but I hope we can talk very soon :-) A big kiss for you, dear teacher)
Nice of you to say. But to tell you the true everytime i read it i find something to fix. Good this is not on paper!
And next time we talk remind me to ask you about the meaning of the word canguring(?)
A big kiss all the way there too. Take care!
Canguro: persona que cuida niños a cambio de dinero.
Canguro boba: modalidad de canguro que cuida de sus sobrinos completamente gratis y encima les da de merendar (I'm into this type).
Canguring: forma moderna e insoportablemente snob de llamar al oficio y acción de cangurear (a word which I've invented, of course, but, if the stupid word "puenting" exists, my stupid word "canguring" is going to exist very soon too. You'll see...)
:-P
See you soon! ;-)
Mira que ya me estás enseñando inglés! Ya charlamos! :)
Hola Guely o Miguel, mira que hace ya algún tiempo me escribiste al blog y por lo atareado no reparé en tu espacio. Tienes tantos buenos posts que elegí el buen cuento que escribiste para dejar mi primer -porque de seguro serán varios- comentario. Alguna vez leí por aquí que una pareja de ancianos habían comprado un par de ataúdes adelantándose a lo que será inevitable: me gustó tu cuento.
Ya me verás por aquí ojeando tus antiguos posts.
Antes de despedirme, permíteme una corrección: en la parte "Me dí cunta por su mirada...", faltó la "e" en "cuenta". Esa palabra está a la altura de la foto de Borges, "Borges dixit".
Un abrazo, y felicitaciones por el blog.
Manolo.
Manolo:
Muchísimas gracias por tu generoso comentario y por hacerme ver el typo. Me daré una vuelta por el tuyo que tambíén me pareció muy bueno (de ahí que me apunté como seguidor).
Un abrazo desde Suecia!
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